Este proyecto se genera durante la pandemia de 2020, y surge a partir de la idea de otorgar relieve a los grabados impresos, intentando salir del plano bidimensional, reinterpretando lecturas distintas a las estampas , donde montañas, cerros o cordilleras adquieren otra dimensión, más escénica y lúdica.

 

Son recortes de papel plegados. La imagen grabada se disecciona, el total se reduce a partes que van construyendo un conjunto volumétrico de montañas que pueden ser intercambiadas de posición, y donde luces y sombras modelan nuevas formas y perspectivas. Tienen una altura máxima de 19,5 cm y una mínima de 13,5 cm. Estos recortes dispuestos de distintas maneras conforman una nueva obra, que aporta otra mirada en torno a la monumentalidad de los espacios naturales.

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